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Foto: COMUNICACIÓN NO VERBAL

La comunicación no verbal hace referencia a las señales no verbales usadas en la interacción cara a cara; principalmente al comportamiento, pero también a señales tales como la ropa o la organización de unas sala que el docente o los alumnos pueden preparar antes de su encuentro (y nos permiten planificar por adelantado y alterar lo que ha de suceder cuando se produzca el encuentro real).

Se puede variar la forma en que cada individuo utiliza las señales no verbales.

Tipos de señal no verbal y su significado

Se trata principalmente de signos visuales: expresión facial, mirada, postura de cuerpo y cabeza, movimientos de las manos, distancia y espacio interpersonal y otras como la entonación y ritmo del discurso, la vestimenta, etc.

– La postura y el espacio establecen la escena para la interacción entre las personas. En clase, el uso del espacio, la distancia personal, el tacto y la postura están relacionadas. El mensaje que transmiten depende de qué otras cosas estén sucediendo al mismo tiempo; a menudo indican la intensidad con la que se está enviando la señal principal.

Antes de que empiece la clase se prepara la organización y el uso del espacio en el aula, ayudando a establecer la escena de la actuación que va a tener lugar. La distancia personal influye en la intensidad de una relación o de una comunicación dentro de una relación. Si nos acercamos más a los alumnos, estos se sentirán más acogidos por nuestros elogios, o más dolidos por las críticas. Una ligera reprimenda desde cerca es tan amenazadora como un grito desde el otro lado de la clase; la intensidad aumentada por la proximidad equilibra la intensidad reducida de la señal. La distancia reducida por sí misma es ambigua y transmite poca información en sí, pero aumenta la ansiedad que siente la otra persona con respecto a sus intenciones.

Antes de que empiece la clase se prepara la organización y el uso del espacio en el aula, ayudando a establecer la escena de la actuación que va a tener lugar. La distancia personal influye en la intensidad de una relación o de una comunicación dentro de una relación. Si nos acercamos más a los alumnos, estos se sentirán más acogidos por nuestros elogios, o más dolidos por las críticas. Una ligera reprimenda desde cerca es tan amenazadora como un grito desde el otro lado de la clase; la intensidad aumentada por la proximidad equilibra la intensidad reducida de la señal. La distancia reducida por sí misma es ambigua y transmite poca información en sí, pero aumenta la ansiedad que siente la otra persona con respecto a sus intenciones.

Antes de que empiece la clase se prepara la organización y el uso del espacio en el aula, ayudando a establecer la escena de la actuación que va a tener lugar. La distancia personal influye en la intensidad de una relación o de una comunicación dentro de una relación. Si nos acercamos más a los alumnos, estos se sentirán más acogidos por nuestros elogios, o más dolidos por las críticas. Una ligera reprimenda desde cerca es tan amenazadora como un grito desde el otro lado de la clase; la intensidad aumentada por la proximidad equilibra la intensidad reducida de la señal. La distancia reducida por sí misma es ambigua y transmite poca información en sí, pero aumenta la ansiedad que siente la otra persona con respecto a sus intenciones.

Si reducimos al mínimo la distancia personal, nos tocamos y el contacto es una señal especialmente fuerte y potencialmente amenazadora. Por lo tanto, el contacto está rodeado de estrictas convenciones. A medida que los alumnos crecen, están menos dispuestos a aceptar elogios, consuelo o críticas de los adultos y sus docentes deben ser cada vez más cautos en el uso del contacto. Sin embargo, en el proceso educativo los alumnos consideran algunos usos del contacto como algo amistoso y agradable, así que el consejo que a veces se da a los docentes de que no deben tocar a los alumnos bajo ninguna circunstancia es excesivo.

Cuanto más se reduce la distancia individual, más se incrementa el riesgo de contacto.

La postura a menudo indica cuáles son las intenciones de la persona respecto a la distancia personal. Inclinarse hacia otra persona, esté sentada o de pie, es un “movimiento de intención” (si nos moviéramos, nos acercaríamos al otro). Por lo tanto, la postura indica una intensidad aumentada de comunicación, como lo hace el contacto. La inclinación hacia atrás es la señal opuesta. Inclinarse por encima de alguien, o estar a más altura, es algo dominante y potencialmente amenazador ya que, si quisiéramos atacara a alguien, el mejor sitio es desde arriba. Estar sentado o de rodillas al mismo nivel que el otro, o por debajo, no es amenazador. Estar de pie es dominante, no sólo porque da altura, sino porque da la libertad de movernos y regular la distancia de los alumnos. Sentarse envía los mensajes opuestos, especialmente si permite a los alumnos libertad de movimiento.

El modo como está distribuida la clase, cómo se sitúan los individuos y quién tiene libertad de movimiento, son aspectos de la organización del aula que envían mensajes sobre cómo pretendemos gestionar la clase. A menudo la mesa del docente queda aparte, lo que indica una distancia psicológica entre éste y los alumnos. Los niños que se sientan delante o en el centro están más implicados que los de la periferia.

– La mirada indica atención e implicación. Las personas no se miran entre sí continuamente; el nivel apropiado de mirada varías según las situaciones.

Existen algunas similitudes entre el número de miradas y el espacio personal. A menudo, un alumno que está recibiendo una reprimenda mirará al suelo o lejos, evitando su mirada, para distanciarse de la experiencia desagradable.

La mayor parte de la comunicación en el aula requiere que el docente y el alumno se miren a los ojos, al menos intermitentemente. Una mirada sostenida indica mucho interés por la otra persona; al igual que un acercamiento, puede ser algo estresante porque necesita más indicios para interpretar si esta atención es amistosa u hostil. Por eso el docente puede encontrar desconcertante la atención concentrada de una clase, especialmente si mantienen el ceño de concentración que sigue….

– La expresión facial y la posición de la cabeza tiene un papel esencial en la transmisión de sentimientos.

Una barbilla alzada, como estar de pie frente a alguien, es dominante. Una cabeza inclinada ASI, es no amenazador. La inclinación de cabeza lateral significa un interés simpático.

Los niños, desde los primeros años de vida, juzgan si el significado general de una señal no verbal es amistoso o negativo principalmente a partir de la expresión facial.

Sonreír y fruncir el ceño son las expresiones de clase más destacadas: fruncir el ceño puede causar confusión, pq puede implicar tanto concentración como amenaza o enfado. El ceño fruncido por la concentración es idéntico al fruncido por enfado; no se pueden distinguir sin otros indicios. Son idénticos pq fruncir un poco el ceño ayuda a ver con más claridad, tanto si lo que uno ve le interesa o le molesta. Los alumnos pueden fruncir el ceño por concentración cuando escuchan atentos, o el docente puede utilizarlo para enfatizar aquello de lo que está hablando.

– La entonación puede transmitir entusiasmo, autoridad, etc. Hay también un tiempo de espera.

Los docentes eficientes tienen una entonación animada; el discurso “llano”, falto de entusiasmo, demuestra incertidumbre. Es posible manipular el uso de la entonación.

– El movimiento de manos entra dentro de tres grandes grupos: los movimientos de manejo (coger o mover cosas de sitio, que no tienen un objetivo de comunicación), gestos relacionados con el discurso (que transmiten mensajes sobre lo que se está tratando), y las señales orientadas a la relación (en clase suelen ser de dominio o control).

Los gestos relacionados con el discurso tienen dos propósitos:

  • Pueden dar concordancia al discurso, señalando su estructura y cómo debe interpretarse.
  • Si llevan parte del mensaje, fuerzan a la audiencia a mirar al orador; ya que si sólo escuchan, se perderán parte del significado. Si no se exagera, éste puede ser un modo efectivo de manipular la atención de los alumnos.

Los oradores animados utilizan los gestos constantemente para puntuar su discurso y para ilustrar la ideas que están exponiendo.

Diferencias grupales en las señales:

Al estudiar los distintos tipos de señales no verbales, distinguimos entre las señales universales (p.e. la sonrisa) y las culturalmente variables (p.e. contar).

Podemos confiar bastante en el significado de las señales universales, aunque durante la infancia su uso se ve afectado por la cultura y la experiencia individual. Por ejemplo, la “cara sobrada” se inicia en la etapa preescolar como señal universal y bien definida, utilizada por el ganador en las confrontaciones. Con la edad, el niño la va controlando y se hace más sutil. Es decir, los niños mayores tienden  a irradiar una “superioridad sin esfuerzo”; su confianza en sí mismos es visible a los otros incluso antes de que interactúen con ellos. Esta confianza en sí mismos se lleva a la vida adulta.

   La mayoría de expresiones faciales, mirada, postura corporal, distancia interpersonal y movimientos de la mano, como el señalar, forman parte de este grupo, en el que el significado de la señal es estable, pero el uso aceptado para ella varía según la cultura o incluso dentro de la misma cultura. Aunque algunas expresiones faciales, como la de miedo, son universales, en algunas culturas (la nipona) puede ser de mal gusto mostrarlas en público. Así mismo, la cercanía y el contacto muestran afecto y amistad, pero son de mal gusto entre los hombres y los chicos mayores en Europa y EEUU, pero en cambio los hombres árabes, de la Europa del este o italianos pueden usarla libremente. Como resultado, es posible que miembros de otras culturas consideran que los japoneses son inescrutables y que los ingleses son fríos y reservados.

   Cuando una señal es variable culturalmente, debemos estar atentos a las interpretaciones erróneas entre los miembros de grupos culturales distintos.

Así, la mirada baja significa sumisión, pero los docentes occidentales a menudo quieren que los niños a los que están castigando les miren. Esto puede crear problemas si el niño al que están riñendo procede de una cultura que enfatiza la obediencia a los mayores (los docentes estadounidenses han tenido este problema con los niños de los indios nativos), o si, a pesar de compartir la cultura del docente, es reservado y tímido, y por lo tanto siente que mirar al docente, con la connotación de desafío que ello tiene, es algo demasiado peligroso e inquietante. Por otro lado, en el caso de los niños indios americanos, devolver la mirada al docente es algo desafiante. Así, el docente, sin darse cuenta, les anima a desafiar su autoridad al obligarla a mirarle.

   Los niños negros tienden a estar más cerca entre sí y a tocarse más que los niños de raza blanca.

Diferencias individuales en las señales:

Los alumnos retraídos pueden tener problemas pq son demasiado sensibles a las señales que un niño normal pasaría por alto, pq su incertidumbre les lleva a enviar señales de estrés inapropiadas. Por otra parte, los alumnos conflictivos parecen tener dificultades para captar señales de aviso tempranos que indican una confrontación potencial con el docente. Por lo tanto, se encuentran inesperadamente en medio de una confrontación que otro alumno hubiera evitado. Desde su punto de vista, la confrontación puede parecerles injustificada, y pueden reaccionar de acuerdo con ello.

Esto refleja la tendencia general de los niños con necesidades especiales a desarrollar las habilidades no verbales más lentamente que el resto de niño.

En general, es probable que existan diferencias individuales considerables en el modo como los niños con necesidades especiales reaccionan a las señales no verbales. Estás diferencia serán de dos tipos:

  • Existen los retrasos en el desarrollo, arriba mencionados.
  • Existen diferencias específicas en su sensibilidad

Diferencias de señales entre sexos:

Con la excepción de algunas señales de cortejo, ambos sexos usan la misma gama de señales (con algunas pequeñas diferencias en los adultos debido a la estructura corporal; p. e. el modo de cruzar las piernas). Por lo tanto, la mayor parte de nuestro trabajo hace referencia a alumnos y docentes de ambos sexos. Los hombres acostumbran ser más asertivos que las mujeres, y algunas señales que se atribuyen a los hombres no son más que señales de aserción usadas por ambos sexos, aunque más predominantes entre los hombres. Así mismo, las mujeres tienden a usar señales más sociables, como la sonrisa, pero, de nuevo, se trata sólo de una diferencia de frecuencia.

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